En un día como hoy, hace exactamente 40 años, las y los argentinos votaban para salir de la dictadura más sangrienta que hayamos tenido. Muchos votamos por primera vez con edades de entre 23 y 25 años. Fue un año políticamente muy intenso con muchas y muchos involucrándose en política.
Cantábamos con deseo, temor y alegría:
¡Sevacabar, sevacabar, ladictaduramilitar!
En mardel se conformó la Mesa de Juventudes Políticas y estaban todos los partidos. Se marchaba seguido por las calles. Se elegían las autoridades de los Centros de Estudiantes, luego la FUM, luego la FUA. Los congresales independientes iban a la FUA y volvían convertidos en franja, jup, jui, mnr, fjc y así. En Exactas elegimos autoridades en marzo-abril y votamos ahí volver a elegir a fin del mismo año.
No imaginábamos el juicio a las Juntas, ni el Nunca Más, que fueron posibles después por el resultado electoral. Alfonsín y el radicalismo de entonces, al que como Intransigentes criticábamos por tibios, fueron fundamentales para dar esos primeros y necesarios pasos. Los organismos de Derechos Humanos habían hecho antes un enorme trabajo, y lo continuaron por décadas. Las presiones de los militares ganaron la pulseada y lograron las directivas a los fiscales para limitar que se siguieran acumulando acusaciones. Fueron tantas las nuevas denuncias en el corto tiempo establecido, que alcanzaban a cientos, quizá miles de militares en actividad.
Aparecieron los levantamientos de Semana Santa del ’86, la democracia otra vez en jaque. El padre de Victoria Villarruel se negaba a jurar por la Constitución, prefería el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional. Las leyes de Impunidad se dictaban y aprobaban en el Congreso y empezaba una nueva resistencia. Los Indultos de Menem fueron un enorme retroceso.Las abuelas encontraban nietos, y generaban la jurisprudencia de nuevos delitos. Asi, mientras los secuestros, torturas, desapariciones seguidas de muerte parecían prescriptas, la apropiación de menores y supresión de identidad podían ser resquicios de condenas.
Fue recién durante la presidencia de Néstor Kirchner que una Corte Suprema y un Congreso Nacional, reconociereon la nulidad de las leyes de Impunidad y se declararon Crímenes de Lesa Humanidad, y por lo tanto imprescriptibles, a los espantosos crímenes de la Dictadura y se reanudaron los juicios de sus ejecutores. Hoy son más de 1.000 los condenados, unos pocos civiles.
Volviendo al ’83 , estoy convencido de que si las listas del peronismo de ese año triunfaban en las urnas, no hubiéramos tenido ese comienzo con juicios y condenas a las juntas en 1985. Mis elementos: el candidato a Presidente Luder, fue quien dictó los decretos para aniquilar a la subversión en el corto período en que asumió la Presidencia en 1975 y permitió el control militar y la subordinacion de las policías provinciales, dando soporte al Terrorismo de Estado en democracia. El candidato a Intendente de Mar del Plata era Gustavo Demarchi, jefe de la CNU local durante su accionar previo y posterior al golpe. Responsable del secuestro y muerte de Coca Maggi, y que murió hace poco en la carcel, condenado por varios crímenes de Lesa Humanidad.
Esta historia reciente, no está exenta de miradas diversas y contrapuntos, pero parecía que lo básico estaba asegurado. Macri y la Corte intentaron un mini indulto con el 2 x 1 y el pueblo apareció firme para enfrentarrlos. Frenaron juicios, pero hoy siguen. Lo de Milei y Villarroel, con Macri atrás, es entre negacionismo explícito y reivindicación de la dictadura. No recuerdo haber escuchado candidatos, y menos con chances de ganar, que fueran tan lejos. No los dejemos pasar.
Son 30.000. Fueron cerca de 100.000 los detenidos, con y sin torturas y luego liberados. Son 500 los nietos secuestrados. Fue un Golpe de Estado cívico, militar y eclesiástico el que cometió las mayores atrocidades utilizando el Terrorismo de Estado.
Pedro Sanllorenti, a 40 años del 30 de octubre 1983