La Delegación Gremial de ADIUC de la Facultad de Ciencias Económicas (UNC) llevó adelante un relevamiento sobre las experiencias y opiniones docentes en el marco de la implementación de la Propuesta Pedagógica 70/30 con la finalidad de identificar aquellos aspectos que necesiten ser mejorados de cara al ciclo lectivo 2023. La “Propuesta …” tiene dos elementos principales:
- La posibilidad de organizar el dictado de clases adoptando un mínimo del 70% de actividades presenciales y un máximo del 30% de actividades remotas.
- La obligatoriedad del dictado de clases híbridas (clases presenciales que son simultáneamente transmitidas vía Meet) para aquellas divisiones en las que el número de estudiantes supere el aforo del aula.
Consideramos fundamental que transformaciones tan relevantes de las condiciones laborales y pedagógicas sean discutidas por la comunidad educativa como un todo, y por las y los docentes en particular (…) Esperamos que esta información, construida en base a las miradas de las/os docentes que dictaron clases durante el primer cuatrimestre de 2022, se convierta en un insumo importante para evaluar la implementación de la Propuesta Pedagógica 70/30 y sea considerada a la hora de definir cambios necesarios para 2023.
Delegación Gremial de ADIUC en Cs. Económicas
RELEVAMIENTO DE EXPERIENCIAS DOCENTES BAJO LA
IMPLEMENTACIÓN DE LA PROPUESTA PEDAGÓGICA 70/30
El relevamiento fue realizado sobre el cierre del primer cuatrimestre de 2022, respondido por 77 docentes y organizado en torno a dos áreas de interés: a) la llamada “distribución 70/30”, y b) las clases híbridas. Presentamos aquí algunos de los puntos salientes surgidos a partir de la análisis de los datos relevados, como un aporte sobre el debate sobre la normativa vigente y su implementación.
- La integración de recursos digitales al dictado de nuestras materias puede ofrecer alternativas valiosas. Sin embargo, nos parece importante llevar adelante un trabajo de comunicación que explicite con claridad a las/os docentes que la adopción de la distribución 70 / 30 es de carácter voluntario y que, en caso de que se decida adoptarla, los porcentajes 70% y 30% no son objetivos fijos, sino que suponen un valor mínimo de presencialidad y otro máximo de virtualidad.
- La adopción de la modalidad se ha apoyado, en gran medida, en el uso de recursos (equipamiento, insumos, servicios) provistos por las/os docentes. Creemos importante que a partir del próximo ciclo lectivo la Facultad ponga a disposición de quienes decidan adoptar la modalidad los recursos necesarios, ya sea en especie (equipos, insumos, servicios) o dinero (como por ejemplo, el bono por conectividad).
- Se observa que el formato de clases híbridas limita las dinámicas de trabajo que pueden desarrollarse en el aula y entorpece la interacción entre docentes-estudiantes y estudiantes-estudiantes. Asimismo, un importante número de docentes considera que las/os estudiantes que asisten de manera presencial atraviesan un proceso educativo de calidad superior al de quienes lo hacen de manera remota.
- A partir de los resultados de nuestro relevamiento, pero también considerando los materiales orientativos e informes de FyPE – resulta claro que las clases híbridas demandan la presencia de al menos 1 ó 2 docentes adicionales para dictar una misma clase. Sin embargo, esto ocurre sin que las/os cargos docentes de cada cátedra hayan aumentado como consecuencia de dicha necesidad. Por lo tanto, consideramos grave que el dictado de clases híbridas se apoye sobre un exceso de trabajo docente (que se ha trasladado, incluso, a adscriptas/os) y que eso sea presentado como un hecho normal y aproblemático en el marco de la difusión de esta modalidad.
- Considerando las limitaciones antes expuestas, creemos necesario discutir una modificación de la normativa vigente. Actualmente, las clases híbridas han revestido carácter obligatorio para aquellas divisiones en las cuales el número de estudiantes supera el aforo del aula en cuestión. En tanto este criterio no contempla las particularidades de cada materia, las estrategias pedagógicas de cada equipo y la dotación de docentes de cada cátedra, lo consideramos reduccionista. Por lo tanto, creemos que una nueva versión de la normativa debería establecer que la decisión de llevar adelante clases híbridas recaiga sobre cada equipo de trabajo y que, en caso de que se decida hacerlo, se garantice una dotación de cargos y recursos adecuada para tal labor.