
El fallo de la Corte Suprema de Justicia contra la ex-presidenta Cristina Fernández convalida una auténtica infamia: un proceso jurídico plagado de irregularidades y conducido por un poder judicial profundamente deteriorado a causa de su subordinación a poderes económicos, mediáticos y políticos.
La fecha elegida para el fallo tampoco es casual. Dictado pocos días después del anuncio de su candidatura -y con el expediente dormido durante más de seis meses- lo convierte en una vergüenza para la independencia de poderes, la supuesta neutralidad política judicial y la garantía de imparcialidad. Hay un mal desempeño de los jueces que amerita juicio político.
El fallo materializa la proscripción de un movimiento político y social que resiste las políticas del actual gobierno. Y profundiza un proceso que viene horadando nuestra democracia, con discursos de odio y políticas de crueldad promovidas desde el estado, cuyas consecuencias son imprevisibles.
La condena a la ex-presidenta sólo puede entenderse como un intento de disciplinamiento e impugnación a las políticas populares, incluidas aquellas que fortalecieron a nuestros sistemas universitario y científico: el aumento significativo de sus presupuestos, la recuperación del salario docente, la repatriación de investigadores/as, la creación de universidades, las Becas Progresar, entre otras.
La proscripción constituye un ataque de los sectores económicos concentrados tanto a la democracia tal como la conocemos desde 1983 como al campo popular, sus referentes y organizaciones.
Desde ADIUC, junto a la CTA-T y demás centrales sindicales, convocamos a concentrar a las 18hs en la Casa Histórica de la CGT-Córdoba, Vélez Sarsfield 137.