La Universidad Pública está bajo amenaza. El ataque es sistemático y los resultados comienzan a verse: fuga de cerebros, pluriempleo, docentes y estudiantes que abandonan, futuros que se truncan.
Las soluciones que necesitamos no pasan por los recortes, el arancelamiento, los cupos, ni las privatizaciones; sino por el fortalecimiento del sistema científico y universitario con más recursos y mejores políticas.
El veto a la ley de financiamiento universitario ha sido un duro golpe, un retroceso circunstancial, pero solo para volver a tomar impulso. La comunidad universitaria está de pie, organizada y decidida a defender en la más amplia unidad el derecho a la educación superior, libre y gratuita.
LA UNIVERSIDAD
SE DEFIENDE