La nueva (no) negociación salarial que tuvo lugar durante el día de ayer puso en evidencia, una vez más, la conflictividad del momento que atravesamos y que es resultado del ahogo presupuestario que impone el acuerdo con el FMI y la complicidad de la representación sindical que encarna CONADU. En efecto, si bien al 6% ya previsto para el mes de mayo se le incorpora un 3% acumulativo, el incremento obtenido no termina de resolver la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Se trata de una mejora, pero que no contempla la inflación del mes en curso la que, de ninguna manera, será inferior al 8%.
Para comenzar a sanear realmente esta grave situación, los sindicatos nucleados en el FAB exigimos que, en la convocatoria a la Mesa Paritaria prevista para el 9 de junio, se incorpore en los salarios de ese mismo mes el equivalente a la inflación estimada de mayo y junio (que puede estimarse en un 17%) y, de ahí en adelante, ajustar automáticamente por los valores de la inflación del mes anterior. Si realmente se pretende superar la incertidumbre que generan los actuales niveles de inflación y mejorar los ingresos de las y los trabajadores, se requiere de una decisión contundente y clara.
La que se dice la Federación “más representativa” nuevamente evitó la consulta de la propuesta haciendo a un costado, de este modo, la verdadera representación de la voluntad docente.