En múltiples ámbitos de la comunidad universitaria comienza a hablarse de que “vamos
hacia un sistema bimodal”, que combine virtualidad y presencialidad, con preeminencia de
la primera, en el actual contexto de emergencia sanitaria. Esta orientación hacia la
bimodalidad va tomando cuerpo en proyectos y experiencias aisladas y heterogéneas.
Están en debate las formas concretas que irá asumiendo la transformación en curso de
nuestro sistema universitario iniciada con la pandemia.
Pero, por el momento, en la UNC las cosas no serán muy distintas a como vienen siendo:
casi todo virtual. En el inicio del segundo cuatrimestre tenemos el desafío -y la oportunidad-
de capitalizar lo aprendido en este último año y medio para proyectar lo que viene,
fortaleciendo los espacios institucionales donde construir colectivamente esas definiciones.
Y, fundamentalmente, necesitamos evitar que el trabajo docente siga siendo la variable de
ajuste en este proceso, cuyo rasgo distintivo ha sido la sobrecarga laboral.
