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¿Aumento salarial? PURO HUMO

El Ministerio de Capital Humano anunció ayer un aumento salarial para docentes y nodocentes universitarios del 7,5%. Decidido en forma unilateral y desconociendo -una vez más- la paritaria como ámbito legítimo de negociación, el comunicado llega mientras sostenemos una semana de Paro Nacional, y a días de la media sanción en Diputados para la Ley de Financiamiento Universitario. Pero se trata de un aumento inexistente, mentiroso, que consolida la pulverización de nuestros salarios.

Los números son claros. Llevamos 3 meses sin recibir aumento alguno. En ese período se registró 1,6% de inflación en junio, 1,9% en julio y todo indica que en agosto se acercará al 3%. El anuncio dispone un “incremento” del 3,95% en agosto que, en realidad, se compone de 1,3% en junio, 1,3% en julio y 1,3% en agosto, es decir, la pauta que ya aplicaron a los empleados estatales, y se completaría con 1,2% en septiembre, 1,1% en octubre y 1,1% en noviembre (7,5% en total).

¿Cuál es la novedad? Un bono de $6250 por única vez para la mayoría de la docencia que cuenta con dedicaciones simples (10hs), $12.500 para las dedicaciones de 20hs y $25.000 para la dedicación exclusiva a la docencia.

Este incremento no sólo se sitúa por debajo de la inflación proyectada para el segundo semestre, sino que está muy lejos de recomponer la grave caída del salario docente, que necesita de un aumento del 43% para recuperar el poder adquisitivo de noviembre de 2023.

La urgencia por mostrar una falsa solución al conflicto demuestra que la lucha de la comunidad universitaria abre un horizonte propicio para redoblar acciones. La Ley de Financiamiento es un camino para recuperar los recursos mínimos que garantizarían el sostenimiento de la universidad pública.

No hay margen posible para el veto presidencial. Esperamos que las y los legisladores estén a la altura de la Historia y lo rechacen sin titubeos. Para exigir este compromiso, y seguir haciendo frente a las políticas de vaciamiento, continuaremos con acciones de protesta y organizando una nueva Marcha Federal Universitaria que, vuelva a reunir a docentes, no docentes, estudiantes y autoridades  -con el conjunto de la ciudadanía- y exprese la alta valoración social de las universidades y la ciencia, y la disposición de nuestra sociedad para defenderlas.

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