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La Ciencia Argentina en Peligro: Un Llamado Urgente a la Sociedad y al Gobierno

Carta Abierta

Quienes firmamos este documento, Investigadores Superiores del CONICET* en Córdoba,
sentimos la responsabilidad de manifestar nuestra profunda preocupación ante el grave
deterioro del sistema científico y tecnológico nacional. Nuestra trayectoria científica ha sido
posible gracias al apoyo sostenido del Estado y del pueblo argentino. Hoy, ante la crítica situación
del sistema científico, necesitamos advertir las consecuencias negativas que esta falta de política
científica nacional está teniendo y tendrá sobre toda la población en el corto y largo plazo.
El bienestar de los habitantes de Argentina, las posibilidades de actuar adecuadamente frente
a contingencias imprevisibles y las posibilidades de desarrollo están estrechamente ligadas a la
inversión en ciencia, tecnología e innovación. Argentina cuenta con recursos humanos de
excelencia y muy buenas capacidades científicas construidas durante décadas, que hoy están en
riesgo. El desfinanciamiento progresivo, la suspensión de fondos para investigaciones científicas
y desarrollos tecnológicos, la reducción de las posibilidades de formación de jóvenes
investigadores, la paralización de nuevos ingresos a la carrera de científico/a profesional, la
imposibilidad de cubrir vacantes por jubilaciones y renuncias y la depreciación salarial sostenida
de investigadores profesionales (del 36 % desde noviembre de 2023) generan un escenario de
emergencia en el sistema científico. La calidad de vida del personal científico se ha visto
drásticamente afectada, provocando angustia, deserción y el éxodo de numerosos jóvenes
investigadores que acreditan capacitación de excelencia científica.
Numerosos grupos de investigación, muchos de ellos con fuerte proyección aplicada, se están
desarticulando. Este proceso amenaza el conocimiento genuino que necesita un país, ya que
constituye la base para ser más independiente y soberano, para poder decidir estrategias de
desarrollo tecnológico y generar valor agregado en su producción. Al mismo tiempo que se
desacredita socialmente el trabajo de científicos y científicas, se deslegitima su función y se
promueve una narrativa que erosiona el vínculo de confianza entre ciencia y sociedad.
Mientras se transita este deterioro progresivo del sistema científico nacional, resulta
imperioso recordar que detrás de cada recorte hay proyectos que han transformado vidas. Los
numerosos logros ampliamente conocidos, demuestran que la ciencia y la tecnología
desarrolladas en nuestro país no representan un gasto, sino una inversión estratégica con
múltiples impactos en el conocimiento y un beneficio directo para toda la sociedad.
Es importante dejarlo claro: no hace falta cerrar las instituciones científicas para que dejen
de funcionar, basta con asfixiarlas económicamente. Hoy el financiamiento real para ciencia y
tecnología ha caído a un alarmante 0,15 % del PBI, cuando la Ley de Financiamiento de CyT
(27.614) establece un horizonte del 1 % del PBI para 2030. Una ciencia soberana sólo es posible
con inversión estratégica y sostenida. Sin una ciencia concebida y realizada desde Argentina, no
hay posibilidad de construir un futuro propio.
En este contexto, reafirmamos nuestro compromiso con las nuevas generaciones de quienes
aspiran a trabajar en ciencia para el bienestar socioambiental y el desarrollo de su país. Las y los
jóvenes científicos no deben abandonar su vocación ni sus sueños. A pesar de las dificultades,
seguimos enseñando, acompañando y sosteniendo los procesos de formación de excelencia que
caracterizan al sistema científico argentino. Quienes hoy se forman y trabajan con entusiasmo y
creatividad son quienes permitirán reconstruir un sistema más fuerte, inclusivo y resiliente.

Rechazamos toda forma de desvalorización de la ciencia argentina e instamos a defender el
trabajo y la formación de investigadores, así como a las Universidades, porque es en su seno
donde se alojan la mayoría de los institutos de investigación. Hacemos un llamado urgente a los
responsables del gobierno, representantes provinciales en el Congreso y a toda la sociedad para
que se reflexione y actúe de inmediato para poder revertir el desfinanciamiento que impacta
muy negativamente sobre el sistema científico-tecnológico nacional.
Nos ponemos a disposición para el diálogo, el trabajo conjunto y la construcción de una
agenda común que recupere y potencie las capacidades científicas del país. Concluimos
consensuando ampliamente que: ¡Defender la ciencia es defender el futuro del país!


Investigadores Superiores del CONICET Córdoba en orden alfabético

Elizabeth Agostini
, Bioquímica vegetal / biotecnología / fitorremediación/ biorremediación.
Estrategias biotecnológicas sustentables para atenuar el impacto de contaminantes ambientales
en los agroecosistemas.
Nicolas Andruskiewitsch, Algebra-teoría de Lie, Problemas de clasificación de álgebras de Hopf
Ricardo A. Astini, Ciencias de la Tierra, estratigrafía y sedimentación, geología de cuencas
sedimentarias.
Mónica G. Balzarini, Estadística y ciencia de datos en agricultura, ganadería y ambiente.
Juan Luis A. Benedetto, Paleontología, filogenia, bioestratigrafía, diversidad y biogeografía de
los braquiópodos del Paleozoico.
José Luis Bocco, Oncogenes y genes supresores de tumor, epidemiología molecular de infecciones
por bacterias multirresistentes a los antibióticos.
Enrique H Bucher, Ecología de aves neotropicales, ecología regional, ecología de vertebrados,
manejo de fauna, humedales salinos, impacto ambiental, Lagos salados.
Alfredo O. Cáceres, Neurobiología, investigaciones de interfase entre la neurobiología molecular
y la fisicoquímica para la observación y análisis neuronal.
Raúl E. Carbonio, Química de materiales, diseño, síntesis y caracterización de materiales
inorgánicos de interés para almacenamiento de información y conservación de energía.
Andrea A. Cocucci, Ecología evolutiva, evolución de sistemas planta -polinizador desde la
perspectiva del mosaico geográfico, evolución de los mecanismos de dispersión en Asteraceae.
N. Mariano Correa, Desarrollo de sistemas autoensamblados versátiles para aplicaciones en
nanociencia y su vínculo con la química supramolecular biocompatible.
Sofía Noemi Chulze, Control de hongos patógenos y o toxicogénicos de cereales y oleaginosas
desarrollo de bioinsumos para el sector agro-alimentario.
Sandra M. Díaz, Ambiente, diversidad y contribuciones de la naturaleza a la vida de las personas.
Edgardo N. Durantini, Desarrollo de nuevas estrategias sostenibles para la inactivación
fotodinámica de patógenos en la salud y la agroindustria.
Leonardo Galetto, Ecología de socio-agroecosistemas, conservación de la biodiversidad y
producción agrícola sostenible.
Walter F. Giordano, Interacción planta-microorganismo y biología molecular en vegetales.
David E. Gorla, Ecología y control de insectos que transmiten enfermedades humanas.
Adriana Gruppi, Medicina inmunología, respuesta de linfocitos B en procesos infecciosos:
mediadores involucrados en la generación de centros germinales y células secretantes de
anticuerpos.
Jorge Lauret, Matemática, geometría diferencial.
Ezequiel P.M. Leiva, Materiales activos para baterías de litio de nueva generación: desarrollos
experimentales y teóricos.
Alberto Edel León, Cereales y legumbres para una alimentación saludable y sostenible.
Carlos E. Olmos, Matemática, geometría diferencial, geometría riemanniana y holonomía.
Santiago D. Palma, Farmacotecnia y tecnología farmacéutica, diseño, desarrollo y evaluación in
vitro/in vivo de plataformas tecnológicas farmacéuticas.
Horacio M. Pastawski, Transporte cuántico, dinámica cuántica, información cuántica, fenómenos
emergentes en sistemas de muchos cuerpos: de coherencia intrínseca, colapso de líneas de
resonancia y sincronización cuántica.
Liliana B. Pierella, Ingeniería química-fisicoquímica-materiales-medioambiente, catálisis
heterogénea orientada a procesos para una industria química sustentable.
Carlos M. Previtali, Procesos fotofísicos y fotoquímicos en sistemas confinados.
Oscar A. Reula, Relatividad General, Astrofísica, Simulaciones Numéricas de alta calidad.
Gustavo A. Rivas, Química analítica, nano(bio)sensores electroquímicos: desde la construcción
de plataformas analíticas basadas en (bio)nanomateriales híbridos a la cuantificación de
marcadores de alto impacto clínico y de calidad ambiental.
Juana J. Chessa de Silber, Interacciones moleculares- Reconocimiento molecular en estructuras
supramoleculares y medios autoorganizados en medios no agresivos al ambiente: Aplicaciones
a nanomedicina,transporte de drogas y extracción de material biológico. Electroquímica
orgánica.
Miriam C. Strumia, Química orgánica-polímeros, síntesis y funcionalización de materiales
poliméricos y dendrímeros. Estudios de la relación estructura/propiedad. Nanoquímica.

  • El art. 6 del Estatuto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
    establece para esta categoría: “Se requiere haber realizado una extensa labor original de
    investigación científica o de desarrollo tecnológico, de alta jerarquía que lo sitúe entre el núcleo
    de los especialistas reconocidos en el ámbito internacional. Deberá haberse destacado en la
    formación de discípulos y la dirección de centros de investigación”. Además, (…) “la actividad
    llevada a cabo en la creación, organización y/o desarrollo de centros de investigación o su
    actuación en organismos de planeamiento, promoción o ejecución científica”. Se considera que
    el perfil de Investigador/a Superior conlleva un salto cualitativo en su carrera.
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