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Carta de las y los docentes de la UNC a sus estudiantes

Estimados/as, esta carta está a disposición para quienes deseen leerla frente a sus estudiantes, en la primera semana de clases. La iniciativa surgió en una reunión de delegados/as de Adiuc, donde se acordó que podíamos tomarla como recurso de visibilización del conflicto que atravesamos. La idea es que pueda ser leida en todas las facultades, por las/os docentes que acuerden con ésto y les parezca necesario. La redactó en forma colaborativa un grupo de docentes. Clave de lectura: respirar profundo, ensayar un par de veces, leerla con el corazón, si no, ni modo.

¡Hola, estimadas y estimados estudiantes!
Antes de iniciar con las actividades de hoy, vamos a dedicar unos pocos minutos para compartir con ustedes una carta que escribimos colectivamente -docentes de distintas carreras y facultades- para darles la bienvenida y,
también, hacerles una invitación.

En primer lugar, entonces, muy bienvenidos y bienvenidas a este nuevo año en la Universidad Nacional de Córdoba, la más antigua del país y una de las más prestigiosas de Argentina. Nuestra Universidad, nuestra casa… No somos solo un espacio de formación académica; acá las paredes, las columnas, los carteles están fabricados con sueños, con debates acalorados, con miles de horas de trabajo académico riguroso y con el anhelo de que sea una casa para todos/as quienes deseen habitarla.

Nuestra Universidad es una construcción colectiva. No somos un puñadito de gente, somos una comunidad vibrante, donde coexistimos más de 10.000 docentes, 3.500 nodocentes y cerca de 145.000 estudiantes, además de miles de egresados/as y jubilados/as que han dejado su huella aquí. Somos una ciudad dentro de la ciudad de Córdoba; una verdadera comunidad donde lo diverso se encuentra atravesado por un mismo ideal: el conocimiento
como derecho, no como privilegio.

Y esa diversidad que caracteriza a la UNC es múltiple: la variedad de áreas de conocimiento y disciplinas (cada carrera con sus códigos y su cultura institucional), la variedad de lugares de procedencia de los/as estudiantes, la variedad de intereses científicos, la variedad de ideas políticas (la UNC es un semillero de formación democrática)… la variedad corporizada en decenas de miles de personas diferentes, que desde hace cuatro siglos encuentran cobijo en esta casa de todos/as. Un claro ejemplo de que no existe un único discurso “adoctrinador”, como suelen decir quienes justifican el ataque presupuestario y simbólico. En cualquier caso, más allá de las excusas para desfinanciar a la Universidad, lo concreto es que venimos soportando el ahogo financiero y se nos hace muy difícil funcionar. Y este año se prevé un
recorte mayor al de 2024. También nos angustia nuestra propia subsistencia; no podemos omitirlo: por ejemplo, un/a profe Asistente (Jefe de Trabajos Prácticos) con menos de 5 años de antigüedad y que trabaja 20 horas semanales, gana 415.000 pesos por mes de bolsillo. Y desde noviembre de 2023 a hoy, nuestro salario se redujo un 36%.

¿Recuerdan la carta de los/as 68 ganadores/as del Premio Nobel que el año pasado se juntaron y realizaron un manifiesto dirigido al presidente Javier Milei, preocupados/as por la encrucijada en la que se estaba poniendo a la
ciencia, la docencia y la investigación argentina? Podemos compartir con ustedes esa carta, para quienes no la leyeron. Así como compartimos con ustedes nuestra preocupación; nos desvela la continuidad de la Universidad tal como la conocimos y como la seguiremos soñando: acogedora, con calidad educativa, irreverente para pensar nuevos horizontes. Una Universidad pública al servicio del país, de verdad.

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a lxs rectores/as de todas las universidades públicas del país, expresó su profunda preocupación ante los recortes presupuestarios. El rector Víctor Moriñigo, quien actualmente preside el CIN, denunció que el gobierno busca “la muerte por inanición de la universidad pública”, reduciendo su capacidad operativa al mínimo indispensable.

Esta carta no sintetiza mi opinión como profe, ni la opinión de la decana/o de la Facultad ni la opinión del Centro de Estudiantes; pretende sintetizar una realidad sobre la que necesitamos estar informados y alertas. La intención de
esta carta es justamente ésa: invitarlos/as a que busquen información confiable sobre la situación universitaria, a discutir cómo sostenemos nuestra casa, a ser parte activa de esta comunidad, a manifestar sus acuerdos y disensos, a imaginar juntos/as alternativas para seguir adelante.

Nuestra propuesta es sencilla: queremos un diálogo con fundamentos (con datos, no calumnias), respeto a la diversidad de disciplinas y el fin de los discursos violentos que buscan desacreditar el valor del saber. Nuestra
propuesta, también, es que caminemos juntos/as aunque pensemos diferente, en la defensa de la universidad pública.

Mientras tanto, prometemos mantener viva la alegría del encuentro, pero con los ojos bien abiertos a la realidad que nos atraviesa, sabiendo que hoy más que nunca es importante sostener lo que creemos justo: una universidad
pública vital por su poder transformador, por el valor de su pensamiento crítico, por su papel estratégico para construir una sociedad más justa y democrática que la que tenemos hoy. Una universidad que no solo forma profesionales: abre puertas, cambia vidas, forja futuros.

Habiten esta casa, queridos/as estudiantes, asuman que es de ustedes; disfrútenla y defiéndanla con la fuerza de los sueños que los y las trajeron hasta acá.

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